Autora: Nicole Fritz Silva, investigadora del Centro Interuniversitario de Envejecimiento Saludable (CIES), doctora en Actividad Física y Deporte, académica de la Universidad de Los Lagos.
De acuerdo con el último plan nacional de salud integral para personas mayores publicado en 2021, las enfermedades cardiovasculares en Chile continúan siendo por más de treinta años, la principal causa de muerte en esta población. Y si bien envejecer guarda relación con cambios biológicos, mentales y sociales que predisponen a estas altas cifras, las principales causas de morbi-mortalidad son el resultado de procesos acumulativos que se desarrollan durante toda la vida y que son en su mayoría prevenibles desde la primera infancia.
El consumo de tabaco, la inactividad física, el uso nocivo de alcohol y una dieta inapropiada, son cuatro factores de riesgo principales para el desarrollo de enfermedades no transmisibles que han sido identificados como causantes de la mayoría de los problemas de salud presentes en las personas mayores. Entre ellos destaca la inactividad física como un potente factor modificable que incide positivamente sobre los demás y que reduce la alta carga farmacológica (polifarmacia) presente en esta población.
Según la última encuesta nacional de salud, el 94 por ciento de las personas mayores en Chile no alcanza las recomendaciones mínimas descritas por la Organización Mundial de la Salud que son acumular a lo largo de la semana un mínimo entre 150 y 300 minutos de actividad física aeróbica de intensidad moderada; siendo una forma sencilla de llegar a esta recomendación el caminar a una intensidad que le dificulte mantener una conversación.
Asociado al ejercicio aeróbico, el entrenamiento de la fuerza muscular es un componente importante que se debe promover dentro de la recomendación, debido a que entrega beneficios adicionales asociados a la mejora de la capacidad funcional y cardio protección.
El entrenamiento de la fuerza muscular en las personas mayores es el gran olvidado en los programas que promueven la salud cardiovascular, pese a que la evidencia actual demuestra que cuando es correctamente prescrito y asesorado por un profesional del ámbito de la actividad física y salud, mejora la masa y la fuerza muscular, el equilibrio, aumenta la resistencia cardiovascular, libera mioquinas (sustancias saludables para el corazón), a la vez que mejora la capacidad funcional para realizar las actividades de la vida diaria como levantar la compra del supermercado o jugar con los nietos.
Esperamos entonces que durante este nuevo mes, más personas realicen actividad física, la que repercutirá en mayor bienestar y calidad de vida.