Autor: Rommy Zúñiga, ingeniero en Alimentos, integrante de la Línea Temática de Alimentos y Nutrición de Personas Mayores del CIES y académico de la Universidad Tecnológica Metropolitana (UTEM).
Alimentarse es una necesidad básica de los seres humanos. Por ello, la Industria de Alimentos está presente a lo largo de la vida de las personas, siendo una de las industrias más relevantes a nivel global, con una cadena de valor que va desde el productor de materias primas hasta el consumidor final. En un entorno altamente cambiante, el sector enfrenta grandes desafíos y oportunidades.
El cambio climático, la escasez de recursos naturales, los cambios demográficos y sociales, son sóolo algunos de esos retos. Resulta crítico considerar la creciente demanda de alimentos que se generará a nivel global en las próximas décadas. En 2022 la población chilena era de 19,6 millones y se espera que llegue a 21 millones para el año 2050.
Si las proyecciones demográficas se cumplen, el único grupo poblacional que seguirá creciendo a nivel regional serán las personas de 80 años y más. Lamentablemente, el aumento en la expectativa de vida no siempre va asociado a una buena vejez y las personas mayores sufren de una serie de enfermedades que merman su calidad cotidiana.
La relación entre la dieta y la salud es algo que se ha vuelto un tema de discusión a nivel nacional. De hecho, las enfermedades crónicas no transmisibles se consideran un problema de salud pública mundial, siendo el resultado de la combinación de factores genéticos, ambientales y de comportamiento, donde la alimentación juega un rol fundamental.
Cada año, 40,5 millones (71%) de muertes en todo el mundo se deben a enfermedades crónicas no transmisibles. Al respecto, Chile tiene una prevalencia nacional de diabetes mellitus del 12,3%, infarto agudo de miocardio del 3,3% y accidente cerebrovascular o trombosis cerebral del 2,6%. Esto es relevante considerando que el 74% de los adultos chilenos tienen sobrepeso (sobrepeso u obesidad), según la última Encuesta Nacional de Salud.
Productos sanos y saludables
Las consumidoras y los consumidores nacionales están cada vez más informados y buscan alternativas más saludables en su vida diaria. Esto se ve respaldado por la introducción de la ley del “sello”, que obligó a las empresas de la industria alimentaria a identificar en el frente del envase los productos que excedieran las cantidades establecidas de calorías, azúcares, grasas saturadas y sodio.
La industria especializada juega un papel muy activo durante el periodo de discusión e implementación de la ley en nuestro país, estando en contra –en general- de la medida. Sin embargo, al momento de su implementación, tuvo un excelente cumplimiento en cuanto al uso de los sellos.
La información sobre la etapa inicial también muestra que la Industria de Alimentos respondió reformulando algunos productos alimentarios e innovando en la generación de nuevos productos. De acuerdo con datos de Euromonitor, en los últimos años se ha producido un crecimiento en la comercialización de alimentos categorizados como fortificados/funcionales y naturalmente saludables en un 40% y 38%, respectivamente.
Nuestro mayor desafío es contar con una Industria de Alimentos enfocada en el diseño y fabricación de productos sanos y saludables, que provengan de procesos que involucran investigación, desarrollo e innovación potenciando un proceso de transformación productiva sostenible. A este objetivo se debe sumar el desafío de potenciar territorios donde se producen estos alimentos y el desarrollo de las economías locales.
Pareciera que los cambios en las tendencias de consumo están generando un “ecosistema de ingredientes funcionales”, a partir de productos vegetales, productos de descarte y residuos que hará que los productos sean más atractivos para los consumidores y se realice un aporte a la sostenibilidad de la industria.
Los consumidores buscan componentes de los alimentos que mejoren su salud y bienestar, los cuales podrían ser la pieza central del etiquetado frontal de los envases. Es relevante proponer una estrategia de desarrollo como base para potenciar la industria nacional de ingredientes funcionales basada en recursos naturales de Chile.
Se debe transformar los entornos alimentarios para que sean más saludables e influyan la conducta de las personas, desincentivando la compra y consumo de alimentos no saludables. No es utópico pensar en una industria alimentaria nacional con una fuerte base científico-tecnológica, innovadora en la producción de alimentos saludables y sostenibles para el mundo; pero con el sello de nuestro territorio. Los productos, las personas, los paisajes y los saberes son los “ingredientes” de nuestro patrimonio alimentario y debemos aprovecharlos.
Publicación en El Mostrador
https://www.elmostrador.cl/revista-jengibre/gastronomia/2023/11/09/investigacion-desarrollo-e-innovacion-alimentaria-mejorar-la-salud-de-las-personas-y-del-planeta/