- En este sentido, la inseguridad personal que se produce en el adulto mayor por un daño en su salud bucal puede afectar todas las dimensiones de su vida, siendo una de ellas, la sexualidad.
Sonreír o masticar un alimento parecen acciones fáciles cuando los dientes se encuentran en buen estado, pero no es una tarea sencilla para las personas mayores que presentan algún deterioro en su salud bucal.
La situación puede repercutir en su ámbito social y calidad de vida. Por ejemplo, en el erotismo que se manifiesta en la vejez, tema que se abordó en la charla organizada por la Línea de Odontogeriatría del Centro Interuniversitario de Envejecimiento Saludable (CIES) del Consorcio de Universidades del Estado de Chile (CUECH) junto a la Universidad Católica del Maule, a través de su Escuela de Trabajo Social y el Grupo de Investigación en Odontogeriatría (GIOG).
En la oportunidad, expuso Ricardo Iacub, doctor en psicología y profesor de la Universidad de Buenos Aires, quién se refirió a la existencia del erotismo y sexualidad en las personas mayores, ámbito que muchas veces no se discute, ni aborda, pero que existe esta expresión y necesidad.
“El erotismo es una dimensión que ha quedado solapada o soslayada en relación a las personas mayores y como decía acá una señora hace falta que alguien reconozca que este deseo es legítimo y válido porque las sensaciones están y existen, pero cuando una cultura te deniega todo esto, te hace sentir que es perverso o no adecuado y probablemente la gente se siente mal consigo mismo”, aseguró el experto.
En este sentido, la salud bucal tiene repercusión en la erótica y sexualidad de las personas mayores, por consecuencia, en la calidad de vida.
“La inseguridad personal producida por un daño en la salud bucal, va a afectar todas las dimensiones de la vida y algunas de ellas son la sensualidad, el erotismo y la sexualidad en la vejez. Por eso es que la mirada de la salud bucal, no puede ser restringida a los aspectos bucales de la salud bucal, sino que hay que entender que la salud bucal es una parte componente de la complejidad del ser humano y que afecta sus áreas sociales y de relación”, comentó Rodrigo Giacaman, integrante de la Línea Temática de Odontogeriatría del CIES y decano de la Facultad de Odontología de la UTalca.
En esa misma línea la Dra. Soraya León, coordinadora de la Línea Temática de Odontogeriatría del CIES y directora del Magíster en Odontogeriatría de la Universidad de Talca, se refirió a la importancia de reconocer el erotismo en la vejez.
“Antiguamente no se reconocía a la erótica como parte del proceso de envejecimiento. De hecho, en la actualidad, en los colegios se enseña sexualidad, pero no se incluye a la vejez dentro del ciclo de vida, entonces lo que queremos entregar como mensaje a la comunidad y sobretodo a las personas mayores es entender que la sexualidad y la erótica no se acaba en la vejez, es parte del envejecimiento un componente importante en la calidad de vida de las personas y un tema que las propias personas mayores tienen que conocer”, comentó León.
La charla se llevó a cabo en el auditorio de la Facultad de Odontología de la Universidad de Talca y asistieron estudiantes de Psicología, Odontología y trabajo social de las instituciones superiores mencionadas, además de personas mayores de Talca.
Impresiones
Para las personas mayores que asistieron a la charla Erótica y Vejez, la instancia fue bastante enriquecedora, ya que pudieron adquirir más conciencia respecto a su sexualidad.
“Muy bueno el tema. Es importante mencionar que los adultos mayores podemos disfrutar del erotismo y no solamente esconder los rollitos o kilos de más o menos que aparecen por la vejez, igual se puede disfrutar del sexo a esta edad”, aseguró Ana Ramírez, integrante del grupo de teatro Alondra.
Respecto a las recomendaciones para las personas mayores el expositor invitó a “repensar ciertas dimensiones que durante mucho tiempo se veían como perversión y que no son dimensiones científicas, sino que fueron de una ideología, época que lo único que hizo fue coartar la libertad de las personas, especialmente de las mujeres, pero también generar una exigencia innecesaria en los varones que finalmente terminaba volviendo a la sexualidad como una preocupación más que un disfrute”.