Las enfermedades bucales son un problema de salud pública, con fuerte impacto en la calidad de vida de las personas mayores, debido a que disminuyen la capacidad de masticar, hablar y sonreír, y como consecuencia afectan la autoestima e interacciones sociales. En Chile, según la Encuesta Nacional de Salud (ENS) 2016-2017, el 55,7% de las personas de 60 y más años presenta caries y un 19,5% es edéntulo, es decir, ha perdido todos los dientes de su boca. Sin embargo, la preservación de una dentición funcional en la vejez es posible y se ha propuesto que incluso contribuyese a un retraso en la fragilidad y dependencia.
Para lograr un estado de salud bucal adecuado en la vejez se requiere la transformación de los sistemas de salud bucodental desde un modelo curativo hacia un modelo preventivo.
En Chile, el modelo de prevención en salud bucal tiene como principal objetivo a la población infantojuvenil, con intervenciones a nivel de Atención Primaria de Salud (APS) y en el ámbito escolar, aunque en los últimos años podemos encontrar recomendaciones de incorporar educación en salud bucal en adultos. Por una parte, la educación sobre salud bucal en adultos fue considerada en el documento “Herramientas para el cuidado de la salud bucal” del Ministerio de Salud (MINSAL), aunque esta se encontraba supeditada al rol de los padres hacia sus hijos. En ese documento se menciona tres aspectos fundamentales: (a) la relevancia, que se refiere a que las temáticas a tratar deben ser atingentes a los objetivos de las personas, con el fin de movilizarse para realizar el esfuerzo que significa aprender; (b) el respeto, que plantea la importancia de reconocer la experiencia de vida que trae cada persona y la preparación de materiales adecuados y (c) la aplicación inmediata, relacionada con un aumento de la motivación de la persona al constatar que puede hacer lo que está aprendiendo, pues la sola información no garantiza que se genere un cambio en las creencias, actitudes y conductas.
Recientemente, el Plan Nacional de Salud Bucal 2018-2030, expone en su objetivo estratégico número 2, fortalecer la prevención de enfermedades bucales en el curso de vida, el cual entre sus tareas implica el diseño, pilotaje e implementación de uno o más programas preventivos que consideren intervenciones costo-efectivas en la prevención de las dos enfermedades bucales más prevalentes, caries y enfermedad periodontal; y dentro de los grupos a priorizar están las personas mayores que viven en establecimientos de larga estadía.
Por otro lado, incentivar tecnologías como la tele-odontología favorece la promoción de la sostenibilidad medioambiental, puesto que contribuye a la declaración de consenso sobre la salud bucodental sostenible, contribuyendo a la reducción de la liberación del CO2 al ambiente, donde la atención de salud es responsable de alrededor del 5% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero.
La tele-odontología, definida como el uso de Tecnologías de la Información y Comunicaciones (TIC) para el cuidado bucal, podría optimizar la educación en salud, permitiendo ofrecer actividades más estructuradas, específicas y de mayor tiempo de duración, en comparación con las ofrecidas en modo presencial; además, permitiría reforzar la educación entre citas dentales con un potencial significativo de mejores resultados clínicos.
Respecto a las personas mayores, dada las inequidades presentes en la región Latinoamericana en el ámbito de la salud, se ha sugerido que la incorporación de las TIC podría favorecer un envejecimiento activo.
En Chile, el 54% de las personas de 60 y más años tiene conexión a Internet de manera directa, o a través de alguien en el hogar, alcanzando el 67% entre los 60-64 años, por lo que un grupo significativo de personas mayores podría beneficiarse con estrategias de educación a través de teleodontología. Recientemente, se ha implementado de forma piloto una plataforma tecnológica semipresencial de teleodontología (TEGO), que permitió apoyar la atención odontológica de urgencia y prioritaria en personas mayores de cinco regiones del país en el contexto de la pandemia covid-19, permitiendo optimizar la cobertura de especialistas odontólogos, brindando este tipo de atención a una población que tiene un acceso nulo o limitado. Desde el Ministerio de Salud de Chile desde el año 2020 se ha implementado una herramienta de interconsultas electrónicas en la especialidad odontológica de patología oral, junto a otras especialidades médicas. Sin embargo, estrategias de telepromoción para el cuidado de salud oral en personas mayores aún no han sido implementadas y su eventual aplicación mejoraría las inequidades en esta población .
En definitiva, el interés por implementar estrategias de educación mediante la generación de un ecosistema tecnológico de tele-odontología a través de una APP, favorecerá el cambio de hábitos en personas mayores. La promoción en salud representa la piedra angular de la APS, teniendo como fundamento que su eficiencia reduce la carga de morbilidad y mitiga el impacto social y económico de las enfermedades.
Es por esto, por lo que su orientación recomienda que los sistemas de salud centrados en la atención individual avancen hacia el desarrollo de acciones dirigidas hacia la promoción. En este contexto, se pretende abordar la problemática a través de la generación e implementación de una nueva aplicación móvil (APP), para favorecer intervenciones de prevención y educación en salud oral en personas mayores en una red integrada por Facultades/Escuelas de Odontología de universidades del CUECH.