Autor: Dr. John Castro Llanos / integrante de la Línea Temática de Calidad de vida y determinantes sociales del Envejecimiento del Centro Interuniversitario de Envejecimiento Saludable, académico y coordinador del magíster en Informática y Ciencias de la Computación de la U. de Atacama.
En Chile, durante los últimos cien años, la población ha envejecido constantemente, lo que refleja una disminución en las tasas de fecundidad y mortalidad y un aumento en la esperanza de vida al nacer.
El grupo de edad de 60 años y más se ha vuelto cada vez más importante, representando el 18,1% de la población total del país en 2022. Según las proyecciones, el ritmo de envejecimiento en Chile seguirá aumentando gradualmente, y se espera que el grupo de edad de 60 años y más se duplique para el año 2050, representando aproximadamente un tercio (32,1%) de la población total del país.
En este contexto global y nacional de envejecimiento demográfico, el internet y las Tecnologías de la Información y Comunicación (TICs) son esenciales. Muchas actividades cotidianas, como comunicarse, entretenerse y trabajar, dependen y se han vuelto más fáciles gracias al uso de las TICs. Sin embargo, los cambios relacionados con la edad en las habilidades funcionales (especialmente en la cognición, la visión y la movilidad) dificultan las interacciones de las personas mayores con los sistemas software. Considerando los problemas de interacción a los que se enfrentan las personas mayores, este grupo etario aún tienen menos probabilidades de adoptar nuevas tecnologías en comparación con otros grupos de edad, y es más probable que suspendan su uso con la edad.
Uno de los factores que influyen en la adopción es la usabilidad de las tecnologías. Comprender cómo adaptar las técnicas relacionadas con la evaluación de la usabilidad a las necesidades de las personas mayores es esencial para desarrollar tecnologías innovadoras que sirvan a esta población. Contrariamente a la creencia popular, los desafíos del uso de los sistemas software no parecen ser un desafío generacional actual. Más bien, son un curso vital, es decir, a medida que envejecemos, nuestras habilidades, necesidades y aspiraciones cambian y es más probable que enfrentemos un deterioro cognitivo y funcional. Es probable que las personas mayores dejen de usar sistemas software por problemas relacionados con su baja usabilidad, la cual influye en la autoeficacia de los adultos mayores.
A pesar de que existen técnicas para evaluar que tan usables son los sistemas software y que actualmente se están aplicando algunas donde participan adultos mayores, estas técnicas no fueron conceptualizadas para aplicarse con usuarios pertenecientes a este grupo etario. Por tanto, se hace necesario invertir mayores esfuerzos para determinar cómo deben adaptarse estas técnicas, y qué posibles problemas se pueden encontrar en el proceso de aplicación. Estos problemas pueden afectar tanto a la persona mayor como al equipo de profesionales que participan en la aplicación de las técnicas.